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Tras dos años de aprobar vía “fast track” las cuentas de las autoridades estatales y municipales salientes en 2018, dos millonarios endeudamientos y de los paquetes fiscales sin cambios de fondo, la LXII Legislatura local prepara la Glosa del Segundo Informe del Ejecutivo con una nueva afrenta.
En febrero de 2020 los diputados exhibieron su incapacidad como contrapeso cuando pidieron cuentas y recibieron desaires de las secretarias de Administración, Olga Rosas Moya, y de Turismo, Michelle Fridman Hirsh.
En las comparecencias del gabinete, la segunda se dio el lujo de mandar a los inquilinos del Poder Legislativo a los organismos de transparencia si querían saber de sus millonarios viajes al extranjero.
El pasado domingo 17 de enero, el Congreso recibió un informe que por primera vez incluyó una traducción en maya, como obliga la reforma a la Constitución local del 14 de noviembre de 2019. El único cambio que aceptó el Ejecutivo.Los diputados debieron estrenar disposiciones y formato en esta glosa, pero el Ejecutivo no publicó en el Diario Oficial el acuerdo del pleno –incluyendo a los diputados panistas– del 14 de diciembre pasado.
El Congreso sigue sin herramientas que acaben con las preguntas sin respuesta en cada informe anual del Ejecutivo.
Los diputados soñaban con comparecencias ante el Pleno en la campaña electoral y, en especial, con la posibilidad de denunciar penalmente a los funcionarios que mientan o los manden a las unidades de transparencia.